Una de las referencias más antiguas se sitúa en el antiguo Egipto hacia el año 2.000 a.C. Se ha hallado un jeroglífico que muestra el trabajo de unos médicos en las manos y pies del paciente.
Los practicantes de una rama japonesa de la reflexología llamada “shokushinjutsu” creen que su terapia se empleó por primera vez en India hace unos 5.000 años. Fue llevada a China por monjes budistas tiempo después en el siglo III a. C. y finalmente a Japón.
Antes de la llegada de los monjes budistas, los chinos tenían su propio sistema de reflexoterapia podal. En el siglo IV a. C. se tiene constancia de tratamientos realizados por médicos chinos. El masaje podal y los métodos de diagnosis por medio de la observación de los pies fueron recopilados en China a lo largo de los siglos siguientes.
Los sanadores amerindios, indios nativos americanos, trabajaban los pies de sus pacientes, esto se refleja en documentos del siglo XVI localizados en Europa. No sabemos con exactitud como actuaban estas técnicas pero hacia el siglo XIX los médicos británicos especializados en trastornos del sistema nervioso, habían descubierto que tocando puntos de presión en diferentes partes del cuerpo podían influir en el funcionamiento de los órganos internos. Al mismo tiempo, los médicos de Alemania, descubrían que el masaje manual producía un alivio del dolor especialmente intenso.
En el siglo XX, un médico estadounidense, William Fitzgerald, ideó un sistema de puntos de presión para usarlos como anestesia. Aunque su práctica fue aceptada por muchos médicos, el método seguía siendo polémico.
En 1.930, Eunice Ingham, fisioterapeuta estadounidense, descubrió que la mayoría de los puntos reflejos importantes estaban localizados en los pies y con el tiempo realizó los mapas de los pies que venimos empleando hoy en día.
En 1.966, Doreen Bayley introdujo la reflexología en Gran Bretaña. Esta terapia se ha hecho tan popular que algunos médicos de cabecera la recomiendan a sus pacientes.
En Dinamarca la reflexoterapia es una de las terapias complementarias más populares.
Los practicantes de una rama japonesa de la reflexología llamada “shokushinjutsu” creen que su terapia se empleó por primera vez en India hace unos 5.000 años. Fue llevada a China por monjes budistas tiempo después en el siglo III a. C. y finalmente a Japón.
Antes de la llegada de los monjes budistas, los chinos tenían su propio sistema de reflexoterapia podal. En el siglo IV a. C. se tiene constancia de tratamientos realizados por médicos chinos. El masaje podal y los métodos de diagnosis por medio de la observación de los pies fueron recopilados en China a lo largo de los siglos siguientes.
Los sanadores amerindios, indios nativos americanos, trabajaban los pies de sus pacientes, esto se refleja en documentos del siglo XVI localizados en Europa. No sabemos con exactitud como actuaban estas técnicas pero hacia el siglo XIX los médicos británicos especializados en trastornos del sistema nervioso, habían descubierto que tocando puntos de presión en diferentes partes del cuerpo podían influir en el funcionamiento de los órganos internos. Al mismo tiempo, los médicos de Alemania, descubrían que el masaje manual producía un alivio del dolor especialmente intenso.
En el siglo XX, un médico estadounidense, William Fitzgerald, ideó un sistema de puntos de presión para usarlos como anestesia. Aunque su práctica fue aceptada por muchos médicos, el método seguía siendo polémico.
En 1.930, Eunice Ingham, fisioterapeuta estadounidense, descubrió que la mayoría de los puntos reflejos importantes estaban localizados en los pies y con el tiempo realizó los mapas de los pies que venimos empleando hoy en día.
En 1.966, Doreen Bayley introdujo la reflexología en Gran Bretaña. Esta terapia se ha hecho tan popular que algunos médicos de cabecera la recomiendan a sus pacientes.
En Dinamarca la reflexoterapia es una de las terapias complementarias más populares.
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