9 mar 2012

CUENCOS Y CAMPANAS. SONIDOS TERAPÉUTICOS

El cuenco, por sus características de forma y composición, emite una vibración que nos aporta equilibrio interno y sanación, ayudando a la transformación y armonización energética.

Es una herramienta de transformación, nos conduce a estados esenciales, interiores, del ser, que nos ayudan a sentirnos mejor interna y externamente.

La vibración de estos instrumentos sagrados tiene la capacidad de equilibrar y reparar nuestras estructuras energéticas, abriéndonos las puertas a un estado de paz y sanación.

La importancia de estos sonidos, lo que los hace terapéuticos, es la gran capacidad que poseen para reequilibrar nuestra energía. Hacen vibrar, despertar, armonizar y revitalizar nuestro organismo físico y nuestra mente. Esta capacidad terapéutica radica en el hecho de que su vibración entra en resonancia armónica con cada una de nuestras células. Con este tipo de sonidos las células cerebrales entran en estado alfa y es por eso que después de una sesión de terapia vibracional nos sentimos relajados y renovados.

Lo que los hace diferentes del resto de instrumentos es su capacidad de hacer reaccionar a nuestro cuerpo y mente y llevarlos a un estado cada vez más permanente de paz y tranquilidad, de estabilidad.

Es un sonido sagrado que nos lleva a un cambio o transformación duradera, permanente y verificable.

Por medio de estos sonidos sanamos de afuera hacia dentro, desde nuestro campo vibratorio o aura, pasando por los chakras, meridianos y entramado energético a fin de equilibrar nuestras frecuencias.

El sonido del cuenco tiene esta propiedad vibracional de penetración debido a su capacidad de emitir sonidos dobles o sobretonos. Si nos fijamos, sentiremos como al golpearlo o como al hacerlo sonar el cuenco emite dos sonidos: uno ascendente y otro circular, expansivo, como en forma de ondas.

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