27 sept 2008

PATAÑJALI. EL CAMINO DEL YOGA

Los Yoga-Sutras de Patañjali son el tratado, el método que trata sobre la naturaleza del espíritu, sobre el análisis de la naturaleza humana, que se caracteriza por la ambigüedad y el sufrimiento, y la explicación del camino de los 8 pasos. Seguir este camino ayuda a clarificar el espíritu, a reconocer las causas del sufrimiento y a evitar sufrimientos futuros.

Nuestra mente guía nuestras acciones. Nuestras acciones dependen del estado de nuestra mente. Puedo dedicarme a observar mi propio estado mental y ver que normalmente es inquieto y disperso, la concentración salta sin cesar. Con este estado mental las acciones se realizarán de forma desconcentrada y dispersa, mi energía se dispersa y se pierde.

La mente no se ocupa solamente de lo que en ese momento importa, además tiene que procesar permanentemente nuestras impresiones sensitivas y al mismo tiempo le invaden recuerdos y planificaciones sobre el futuro.

Complicamos nuestro propio camino. La mente se suele escapar de los intentos que hacemos por cambiar sus estructuras o incluso se opone intensamente. A veces vemos los obstáculos internos pero, por norma general, no se muestran de manera clara. Si ignoramos estos obstáculos, se harán, con el tiempo, un hueco en nuestro cuerpo y nos harán sentirnos aprisionados en nosotros mismos. Cuanto menos caso les haga, más graves serán los síntomas, hasta que me encuentre tan mal que no pueda aguantar más y tenga que hacer algo.

Los obstáculos son 5:
1. entendimiento falso, conocimiento falso. La verdad es siempre subjetiva. Mis conocimientos están influenciados por mi educación, mis experiencias, mi modo de ver el mundo y mis convicciones, por lo tanto son profundamente subjetivos. Mis opiniones y conclusiones están influenciadas por mis deseos, esperanzas, miedos y proyecciones.
2. una apreciación falsa de la propia persona, del propio yo. ¿soy realmente quién creo que soy?. Se trata del concepto que tengo de mi propia persona, de mi propia imagen. He desarrollado una imagen de mi mismo que procede del exterior, que procede de lo que dicen los demás de mi (cualidades y defectos). Mi personalidad se compone de unas cualidades y facetas que no tienen nada que ver con mi verdadero Yo, lo que provoca que no sepa quién soy en realidad.
3. la necesidad incesante de querer siempre algo. El tener y el querer crea dependencia. Deseos y necesidades que quieren ser satisfechos. No sólo de cosas materiales, también de atención, reconocimiento y amor. Muchas veces estas necesidades son inconscientes y apremiantes, me inducen a hacer cosas, incluso de modo consciente, que me perjudican.
4. la aversión, el rechazo y la evasión. El no tener y el no querer. Cuando prefiero mirar hacia otro lado porque ver mis necesidades, ver lo que realmente soy y lo que necesito me llena de vergüenza y causa dolor a mi espíritu. Mi mente usa, entonces, gran cantidad de energía en evitar cosas o situaciones desagradables y en levantar muros de protección alrededor de mi alma.
5. el miedo, sobre todo ante la muerte. Un obstáculo del que nadie puede huir. El obstáculo que más profundamente está enraizado en nosotros. Miedo a cómo vamos a vivir, miedo a no ser amados,…el miedo es alimentado por los cambios incesantes que van ocurriendo en nuestras vidas. Muchas personas viven sujetas a compromisos, saben que en su interior algo no va bien, pero no se atreven, por no romper la paz, a provocar una situación incómoda y enfrentarse al problema. Cuanto más fuertes e inconscientes sean mis miedos, más perturbada estará mi paz interior y más entorpecida la clarificación de mi alma. Para dominar mis miedos es necesario prestarles mucha atención para que no comiencen a controlarme. Tampoco se trata de reprimir mis miedos. La mayor ayuda es aceptarlos como una expresión de mi vulnerabilidad, reflexionar sobre ellos y pasar a la figura del observador interior.

Si quiero debilitar estos obstáculos, el primer paso es desarrollar una alerta permanente. Observo y vigilo cuando aparecen los obstáculos en mi mente, qué les hace surgir y cómo reacciono ante ellos.

Si algo me irrita a lo largo del día…reflexiono, me pregunto:
- alto!!!
- ¿qué ocurre aquí…?
- ¿me gusta esta situación…?
- ¿a dónde me lleva…?
- ¿responde a mis intenciones…?

Este proceso de reflexión me permitirá abandonar la excitación, el nerviosismo provocado por la situación, y evitar reaccionar nervioso y excitado. Decidiré y actuaré de forma consciente.

Texto raíz:
EL GRAN LIBRO DEL YOGA
ANNA TRÖKES
CÍRCULO DE LECTORES

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