Se realiza de forma lenta y controlada. Además de trabajo respiratorio, constituye una técnica de control mental–emocional, que ayuda a prevenir y afrontar estados de ansiedad, estrés, descontrol...en este caso expulsaremos el aire por la boca.
A través de este trabajo respiratorio se movilizan por este orden: abdomen- tórax – clavículas en un solo movimiento, lento y unificado, de forma ininterrumpida.
Pasos:
Respiración abdominal o diafragmática: manifestada con la expansión y dilatación del abdomen que se produce al descender el diafragma, con lo que se permite llenar la parte baja y más ancha de pulmones. El movimiento de bajada del diafragma ejerce un empuje de los órganos abdominales hacia fuera. Esa es la dilatación o elevación que apreciamos.
Respiración intercostal o torácica: se manifiesta con la elevación, expansión y apertura de la zona torácica y costados. Las costillas se van abriendo, lo que permite el llenado de la zona central de pulmones.
Respiración alta o clavicular: se manifiesta con la dilatación y expansión ligera de la zona alta del tórax, se elevan las clavículas y los hombros sensiblemente a fin de permitir el llenado de la zona más reducida y alta de pulmones.
Inspiración: comenzamos espirando, vaciando. A continuación el aire entra a través de las fosas nasales fácilmente, el abdomen se dilata (abdominal), seguidamente y de forma ininterrumpida se expande tórax y costados al tiempo que el abdomen desciende ligeramente (torácica), y finalmente se elevan clavículas y hombros ligeramente (clavicular).
Espiración: se expulsa el aire por la nariz , lentamente, comenzando por contraer el abdomen, después se va cerrando tórax y costillas y finalmente desciende la zona clavicular, en un solo movimiento unificado.
Respiración nasal
Lo más beneficioso para nuestro organismo es que respiremos por la nariz, porque en las fosas nasales disponemos de mecanismos de defensa, como los cilios (pelos) que se encuentran en su interior y que a modo de filtro, evitan el paso del polvo y otras partículas dañinas para nuestro organismo. En el interior el aire que inspiramos es calentado, humedecido y filtrado de nuevo por las mucosas para que llegue a los pulmones acorde a la temperatura y humedad corporal. Respirar por la boca es perjudicial, ya que el filtrado y adecuación del aire a las condiciones internas de nuestro organismo no se ha realizado y el aire entra en nuestros pulmones tal cual, poniendo en riesgo nuestra salud.
El prana o energía que contiene el aire que respiramos es absorbido a través de las glándulas olfativas, que lo distribuyen al cerebro, sistema nervioso y al cuerpo vital o primera capa del aura.
Aunque es recomendable expulsar el aire por la nariz, si bien, en ciertos ejercicios respiratorios es aconsejable hacerlo por la boca con la finalidad de expulsar más cantidad de aire viviado, tensiones y además potenciar la concentración.
Vive el ejercicio! No dejes que tu mente divague ni piense en ninguna otra cosa. Experimenta Los múltiples efectos que el trabajo dirigido y consciente tiene sobre tu organismo, tu mente , tus emociones y tu caudal de energía vital. Existe dentro de cada uno un inmenso universo interior que observar.
De gran ayuda puede resultar a la hora de la práctica colocar las manos sobre el abdomen o una sobre el abdomen y otra sobre el tórax, de esta forma observamos directamente el movimiento respiratorio. Cerraremos los ojos y nos concentraremos en los movimientos respiratorios, en el paso del aire a través de las fosas nasales, en el enlentecimiento de nuestro ritmo mental, en la sensación de calma emocional y vacío...
Beneficios de la respiración
- Se realiza un masaje de los órganos abdominales, se mejora su funcionamiento.
- Revitaliza, seda y tranquiliza el sistema nervioso, equilibra las emociones. Potencia la concentración y la atención mental, aporta lucidez, facilita la interiorización y la toma de conciencia corporal.
- Facilita la relajación profunda y el estado alfa de ondas cerebrales, predispone al descanso y al sueño.
- Reduce la tensión arterial y estabiliza la acción cardiaca.
- Oxigena y descongestiona la sangre, células y todo el organismo, tonificando y rejuveneciendo.
- Desbloquea y equilibra los canales y puntos energéticos de nuestro organismo.
- Facilita la limpieza y drenaje linfático de las sustancias de deshecho, refuerza las defensas.
